Al igual que el resto de los negocios y establecimientos dedicados a la preparación y servicio de alimentos, las empresas que atienden centros penitenciarios en México han implementado protocolos de higiene para proteger la seguridad alimentaria de los reclusos.
Algunas de las medidas son:
- Señalización en los comedores comunales para que respeten la sana distancia en las filas de comida y en las mesas.
- Remover los utensilios de uso común –como jarras, saleros o servilleteros– y, en su lugar, dar empaques individuales a cada interno.
- Colocación de mallas de protección en la comida para evitar la contaminación de los alimentos.
- Capacitación del personal operativo y de cocina en medidas adecuadas de limpieza y sanitización, tanto de los alimentos como de los espacios de trabajo y unidades de transporte.