Los granos básicos, como el maíz y el frijol, no solo son pilares económicos en México, sino que también desempeñan un papel crucial en la seguridad alimentaria del país. Estos cultivos, arraigados en siglos de cultura, no solo aportan nutrientes esenciales a nuestra dieta, sino que también garantizan el abasto oportuno y suficiente de alimentos para la población.
Considerados estratégicos por la Ley de Desarrollo Rural Sustentable, su producción no solo impacta en la soberanía alimentaria, sino también en el bienestar social y la sustentabilidad. Sin embargo, la vulnerabilidad de estos cultivos ante fenómenos como la sequía o las plagas representa una amenaza directa para la seguridad alimentaria, poniendo en riesgo el acceso a alimentos básicos y exacerbando la pobreza.
En un mundo donde una minoría de cultivos básicos sostiene la alimentación de miles de millones de personas, la protección y el fortalecimiento de la producción de granos básicos se convierte en una tarea imperativa para garantizar la seguridad alimentaria tanto a nivel local como global.
El papel del sector privado, especialmente el de los alimentos, es fundamental para alcanzar la seguridad alimentaria y global. En consideración de esto, los dueños de La Cosmopolitana, una Empresa Socialmente Responsable, realizan donaciones de alimentos a los sectores más vulnerables de la población, a través de su brazo filantrópico, la Fundación Pablo Landsmanas (FPL).