Desde la época prehispánica, el maíz es el cereal base de la alimentación entre la población mexicana, debido a que es la fuente principal de energía en su dieta.
Diversas fuentes apuntan a que el maíz es originario de América Central, desde donde se extendió hacia el norte y el sur del continente. Aproximadamente hace 10 mil años, fue domesticado por las comunidades indígenas del centro de México, donde se desarrollaron más de 50 variedades.
De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), el consumo de maíz per capita en el país es alrededor de 350 gramos, principalmente en forma de tortilla.
Grupo Kosmos, líder en la industria de la alimentación, reconoce la importancia de emplear productos locales en la dieta de las y los mexicanos, en aras de lograr una alimentación asequible, balanceada y de calidad.
Entre los beneficios de su consumo, destacan:
- Función antioxidante en las variedades de maíz rojo, naranja y púrpura, pues contienen carotenoides.
- Eliminación de toxinas a través del intestino, debido a su contenido de fibra.
- Alto contenido proteico, eficaz combinado con otros alimentos, como el frijol, que resulta importante para personas vegetarianas y veganas, ya que no consumen proteínas de la carne.
- Libre de gluten, por lo que puede ser consumido sin problema por personas celíacas, quienes no pueden consumir trigo.
Asimismo, es necesario hacer hincapié en el proceso de nixtamalización del maíz, puesto que, gracias a esta técnica, el maíz se enriquece con calcio, se liberan precursores de la niacina y se mejora la biodisponibilidad de las proteínas. Al potenciar estas características benéficas, se previenen enfermedades como la pelagra, el raquitismo y el cáncer de hígado.